El otro lado de la conversación III | Aurora Sanabria

El otro lado de la conversación III | Aurora Sanabria

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Antonio Manchado nos reveló poéticamente un hábito: “converso con el hombre que siempre va conmigo”, o sea, lo que los más prosaicos llamamos un insight, ¿Quién no mantiene consigo una conversación para entenderse y explicarse a sí mismo, a los otros y al mundo?

Todas las filosofías y religiones han dado vueltas sobre los beneficios de entender quiénes somos. Sócrates proponía el diálogo y la confrontación con nuestros personales misterios emocionales y morales para alcanzar la meta - “conócete a ti mismo”-. Sigamos con Sócrates, descubramos nuestro propio yo al otro lado de la conversación.

Ya, pero ¿para qué es relevante cultivar y enriquecer nuestra brújula interior en el contexto de las empresas y los equipos? Pues para, definitivamente, ayudar a construir relaciones de valor, enriquecer las ideas e imprimir en la cultura organizacional bienestar emocional y seguridad sicológica.

Y la relevancia de este ‘para qué’ nace de ahí precisamente, del hecho de hacerse preguntas, cuáles y cómo y buscando qué. Para después poder aportar, porque ‘aportar’ lo que llevamos dentro es el eje del bienestar emocional. En las empresas nos contratan para contribuir y ¡eureka! es contribuir lo que nos hace felices en sociedad ¡Qué maravillosa sinergia! ¿Qué podría estar saliendo mal?

Pues, a lo mejor hay que revisar desde dónde estamos esperando y promoviendo la aportación. Nos hemos (nos han) habituado a centrar el foco en la tarea y en el resultado, sin atender al fenómeno de un flujo invisible, interior, humano y sensible al entorno, que misteriosamente nos convence y nos mueve (o no), lo llamamos motivación y es piedra angular del desempeño. La ciencia dice (y Daniel Pink nos lo recuerda en La Sorprendente verdad de lo que nos motiva), que la motivación raramente es ‘extrínseca’, que la empresa está obsoleta en la aplicación (“taylorista”) del ‘palo-zanahoria’, castigo y recompensa, porque no es lo que insufla compromiso, por más que haya mucho de lo segundo y poco de lo primero.

La motivación siempre es ‘intrínseca’, es brújula interior. Si puedo intervenir en el diseño de mis responsabilidades, trabajar con objetivos y no solo con plazos, con los procedimientos, métodos y recetas que mejor se me den y de la mano de gente con la que me entiendo, habrá motivación y, por ende, compromiso y esfuerzo. El proyecto será una gratificación en sí mismo. Surgirá un “querer hacer” porque te sale bien, porque aportas y creces y haces crecer, con el reconocimiento propio que oxigena el alma más que el reconocimiento ajeno. La motivación es el deseo, profundamente arraigado, de dirigir nuestras propias vidas. Vivir una vida, personal y profesional, con una finalidad. Hacer lo que nos importa.

Resulta que la autoconsciencia (escucha interior) y la autogestión (equilibrio emocional, adaptabilidad derivadas de esa escucha), nos dice Goleman en la Inteligencia Emocional, repercuten de forma directa en el resultado de lo que aportamos y en la construcción sostenible de equipos más felices.

Sostenibilidad. Ajá, veamos su relación con nuestra brújula interior. La idea de sostenibilidad, de continuidad, cuidado, respeto, integración, apreciación… se va extendiendo de forma lenta hacia la comprensión de una sostenibilidad también social, que tarda décadas en regularse y propagarse en un escenario de escepticismo y negacionismo. Colaborar, conversar y llegar a apreciar y poner en valor la diferencias culturales de cada personal brújula interior son también principios de sostenibilidad y son todavía muy frágiles.

Desde la plataforma IDG (Inner Development Goals) nos invitan a una reflexión que me ha interesado, la idea de que solo si nos conocemos y nos regulamos mejor personalmente, estaremos habilitados para contribuir a soluciones colectivas desde planteamientos innovadores, ya que el cómo solucionamos los problemas hoy, es parte del problema.

Si también nos miramos hacia adentro en términos de sostenibilidad y nos enfocamos en explorar cómo somos, nos comportamos y nos relacionamos, parece que desarrollaríamos políticas justas y éticas, de inclusión, respeto y bienestar en la creación de comunidades más fuertes y solidarias, entonces sí ¿Qué podría estar saliendo mal?

Estimado lector, sobre cómo empezar a indagar en nosotros, cuáles son posibles directrices y herramientas, de esa brújula interior de motivación, autoconsciencia, autogestión y sostenibilidad, tendrás que venir con Sócrates en tu cabeza, hasta el próximo capítulo. O hasta cuando quieras, siempre abierta a la conversación.

Un artículo de Aurora Sanabria, Fundadora de QuieroDecir, para Amigos del in-company y sus teams.

Si te gustaría leer los artículos anteriores de Aurora para Madrid Content School in-company, aquí podrás leer la primera y la segunda edición de "El otro lado de la conversación".