Bad Bunny: Por qué DTMF es un manifiesto político y cultural

Bad Bunny: Por qué DTMF es un manifiesto político y cultural

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Cómo Bad Bunny Conquista Audiencias Más Allá de la Música

En el panorama actual de la música y el entretenimiento, pocos artistas han logrado el nivel de impacto cultural y social que tiene Bad Bunny.

Porque Bad Bunny lo ha vuelto a demostrar con el lanzamiento de su último álbum “Debí Tirar Más Fotos”: su propósito va más allá de la música y de entretener. Benito utiliza su influencia para abogar por la justicia social, visibilizar las tensiones de su tierra natal, Puerto Rico, y dar voz a temas que muchos otros artistas evitan.

Autenticidad y propósito

Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, ha sabido posicionarse como un referente no solo musical, sino también cultural. Desde el inicio de su carrera, el artista ha demostrado que su propósito va más allá de entretener: utiliza su plataforma para abogar por la justicia social, destacar la belleza y los retos de su tierra natal, Puerto Rico, y dar voz a temas que muchos otros artistas evitan. Este compromiso ha cultivado una conexión emocional profunda con su audiencia.

Bad Bunny no solo habla de Puerto Rico; vive su compromiso con la isla en cada acción. Desde criticar abiertamente a los políticos que afectan al país hasta resaltar la riqueza cultural de la isla, su narrativa se ancla en un amor auténtico por su lugar de origen. Esto genera un lazo emocional con su audiencia que trasciende fronteras. En su música, el artista rinde homenaje a los paisajes, la gastronomía y la resistencia de su gente, convirtiendo cada canción en un puente hacia la identidad puertorriqueña.

Además, su capacidad de utilizar el reguetón como vehículo para mensajes sociales y políticos lo posiciona como un creador con propósito. Ha demostrado que este género puede ser una herramienta para el cambio cultural, transformando su música en un acto de resistencia y empoderamiento.

DTMF: su nuevo disco

"DTMF" es más que un disco: es un manifiesto cultural y político que evidencia el compromiso de Bad Bunny con su tierra natal y su historia. Cada detalle del álbum refuerza este mensaje:

  • El sapo concho: La mascota del disco es un sapo puertorriqueño en peligro de extinción debido al turismo masivo y la urbanización. Este animal simboliza la lucha por preservar la identidad y el medio ambiente de la isla.
  • Quesito sin queso: En el cortometraje promocional "DTMF", el protagonista acude a una panadería gentrificada donde le ofrecen "quesito sin queso", una crítica a la gentrificación y al desplazamiento de los locales en Puerto Rico debido a incentivos fiscales para ciudadanos estadounidenses.
  • La historia de Puerto Rico: En el "visualizer" del álbum en YouTube, aparecen fragmentos de la historia de Puerto Rico escritos por el historiador Jorell Meléndez-Badillo, cuya obra explora el colonialismo y la resistencia puertorriqueña.
  • La plena: Muchas canciones del disco, incluida la que le da nombre, rescatan el sonido de la plena, un ritmo autóctono que tiene sus raíces en los esclavos y las comunidades marginadas de Puerto Rico.
  • Samples nostálgicos: El álbum incluye homenajes a músicos boricuas como El Gran Combo, Wisin & Yandel, y Alexis & Fido, reconociendo el estigma que el reguetón enfrentó en los años 90.
  • Instrumentación local: La música fue grabada con jóvenes de la Escuela Libre de Música, una iniciativa que busca dar visibilidad a artistas emergentes y resaltar los ritmos tradicionales de Puerto Rico.
  • "Lo que le pasó a Hawaii": En el track 14, Bad Bunny aborda paralelismos entre la historia de Puerto Rico y la de Hawaii, otra isla que ha sufrido un "genocidio cultural" debido al turismo y la pérdida de identidad.

Estas referencias hacen de "DTMF" un proyecto profundamente arraigado en la realidad puertorriqueña y un testimonio del compromiso del artista con su comunidad y cultura.

Sus otros números uno: una trayectoria llena de propósito

Bad Bunny ha logrado colocar numerosos éxitos en las listas globales, pero lo que lo distingue es cómo cada uno de ellos está cargado de mensajes sociales o culturales:

  • "Yo Perreo Sola": Este himno feminista desafió los estereotipos del reguetón al promover el empoderamiento femenino y la independencia, acompañado de un videoclip que celebraba la diversidad de género.
  • "El Apagón": Más que una canción, incluyó un documental que denuncia problemas como la privatización de recursos en Puerto Rico, consolidándolo como un creador de contenido político y social.
  • "Andrea": Una emotiva balada que aborda la lucha de las mujeres en Puerto Rico frente a la desigualdad y la violencia de género, humanizando una problemática global a través de una narrativa local.

Además, su participación en las protestas de 2019 en Puerto Rico, donde colaboró en el himno de resistencia "Afilando los Cuchillos", mostró que no solo canta sobre problemas sociales, sino que también actúa frente a ellos.

Lecciones para los creadores de contenido

El caso de Bad Bunny deja valiosas lecciones para profesionales del marketing y la comunicación:

1. Innovar y romper con El ”siempre se haya hecho así”.

Bad Bunny ha sido fundamental en la evolución del reguetón, un género que durante mucho tiempo estuvo asociado a estereotipos de masculinidad tóxica y contenido superficial. Con canciones como "Yo Perreo Sola" y "Andrea", ha roto esas barreras al introducir temáticas feministas, diversidad de género y empoderamiento femenino en sus letras y videoclips. Además, su estilo personal —desde la ropa hasta la forma en que aborda entrevistas— desafía las normas tradicionales del género, abriendo el camino a una nueva generación de artistas.

En "El Apagón", fusiona el reguetón con sonidos tradicionales de Puerto Rico como la plena y la salsa, mostrando que el género puede evolucionar y seguir siendo relevante sin perder sus raíces. Estas decisiones artísticas no solo le han permitido expandir su público, sino también dignificar el reguetón como una herramienta para el cambio social y cultural.

Romper con los estereotipos y explorar nuevas narrativas permite destacar en mercados saturados y/o obsoletos.

2. Tener un propósito y trabajar en él nos hace mejores.

Bad Bunny es, sin duda, un ejemplo de cómo un artista puede trascender su música para convertirse en una marca con propósito. Porque la conexión emocional con una audiencia/comunidad se construye a raíz de compartir un dolor, una motivación, una causa... Pero el propósito se construye haciendo.

3. Romper con el personaje - artista

Mientras más sienta nuestra comunidad que somos como ellos/as, más sentirán el arraigo. De ahí a la importancia de ser transparentes, mostrar nuestras fortalezas pero también nuestras debilidades. Hacernos humanos, cercanos; ser unos más.

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